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Cómo conservar un vino en casa correctamente
Y es que, cuando compramos un vino, estamos comprando un producto vivo, que sigue evolucionando con el paso de los meses y de los años. Por eso, debemos de encontrar el sitio adecuado en el que conservarlo antes de abrirlo y, por supuesto, una vez ya descorchado, para tratar de disfrutar al máximo de él.
Antes de abrir la botella
Buscaremos siempre las condiciones más parecidas a las que encontraríamos en una bodega:
– Espacios oscuros. Tenemos que evitar que la luz incida directamente sobre la botella, ya sea la luz natural procedente del sol, o la luz artificial, ya que pueden provocar efectos negativos en la conservación del vino, afectando, por ejemplo, a su oxidación.
– La temperatura, mejor fresca y sin muchas variaciones. La ideal oscila entre los 10 y los 18º. Un buen lugar puede ser un sótano o trastero que, además, nos asegura la oscuridad. Si no, procura mantenerlo siempre alejado de fuentes de calor como el microondas o la nevera.
– Mejor si hay humedad. Lo ideal sería mantenerlo a una humedad relativa del 70% para que el corcho se mantenga húmedo. Más allá de ese valor podríamos provocar la aparición de hongos y mohos, grandes enemigos del vino.
– Aléjalo de los olores. Y es que el corcho es muy poroso, por lo que podría dejar entrar olores externos no deseados. Por eso, mejor guárdalo alejado de otros alimentos.
– Las botellas, en posición horizontal. Esto garantiza que el corcho no se seque. De lo contrario, reduciría de tamaño, dejando pasar aire al interior de la botella y acelerando el proceso de evolución del vino.
– No lo abandones en un armario. Y es que no todos los vinos evolucionan igual, ya que cada uno tiene su propio ciclo de vida y envejecimiento. Además, ya hemos visto que unas condiciones ambientales inadecuadas pueden perjudicar su evolución. Así que nuestro consejo es que revises de vez en cuando tu bodega particular para asegurarte de que puedes disfrutar de los vinos en las mejores condiciones.
Después de abrir la botella
Es muy habitual encontrarnos que, al finalizar una cena o una comida, nos queda una botella de vino a medias. Lo ideal es consumirlo en el menor periodo de tiempo posible. Si no, ten en cuenta que los vinos blancos y tintos con crianza pueden mantenerse abiertos para su consumo alrededor de tres días, mientras que los tintos más jóvenes pueden aguantar hasta una semana, pero, es importante seguir los siguientes pasos de conservación:
– Mejor, guárdalo en una botella más pequeña, para reducir el oxígeno que estará en contacto con el vino.
– La botella, en posición vertical. Del mismo modo, evitamos el contacto del vino con el oxígeno, que le haría estropearse con más rapidez.
– Consérvalo en la nevera, ya que el frío ralentiza el proceso de oxidación. No obstante, recuerda que para tomarlo a la temperatura ideal quizá debas de sacarlo unos minutos antes.
Y si todavía te quedan dudas sobre cómo conservar una botella de vino una vez abierta, puedes consultar más info aquí.
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