¿Qué es la crianza del vino?
En este post te mostraremos el significado y la importancia de la crianza de vinos para que, cuando te dispongas a elegir uno, puedas entender las principales diferencias entre un vino joven, un crianza o un reserva.
Significado de la crianza de vinos
La crianza de vinos se define como un proceso de envejecimiento y maduración de un vino para conseguir los mejores aromas y matices, ya sea en barricas, en depósitos o en la propia botella.
Como ya sabrás, el vino evoluciona con el tiempo y es esencial aprovechar dicha transformación para conducir a una mejora continua durante el ciclo de vida del vino.
Estos cambios se producen principalmente por reacciones químicas y/u oxidativas y por alteraciones físicas y/o biológicas en el vino, que tienen lugar durante la elaboración del mismo.
¿De qué depende la crianza del vino?
Las distintas condiciones de la región de cultivo de la uva, así como los pertinentes trabajos de viticultura, tienen una gran influencia en el proceso de elabroación del vino. En este sentido, la crianza de un vino se verá condicionada por los siguientes factores:
- Suelo y clima de la zona de cultivo de la vid.
- Mantenimiento de los viñedos.
- Proceso de vendimia.
- Condiciones de guarda y almacenamiento.
Por tanto, las características favorables de un vino para ser envejecido dependerán, en gran medida, de cada una de las fases de su producción: desde el viñedo hasta su guarda en botella.
¿Cuántos tipos de crianza de vinos existen?
Principalmente se diferencian por el tipo de material utilizado para el envejecimiento y por la presencia de oxígeno durante la misma. Los materiales más comunes son la madera, el acero inoxidable y el cristal. En función del uso de uno u otro, existirá una mayor o menor oxidación según el objetivo final de la crianza.
Atendiendo a la presencia de oxígeno durante la crianza del vino podemos distinguir entre crianza oxidativa, reductiva y mixta.
Crianza Oxidativa
La ciranza oxidativa del vino se caracteriza por las condiciones de oxidación a las que se enfrenta. Generalmente, este tipo de crianza se realiza en barricas o depósitos de madera y el resultado son vinos astringentes e intensos, con una notable estructura tánica.
Crianza reductiva
La ausencia total de oxígeno durante la maduración del vino permite conservar y proteger sus aromas y matices. Esta crianza se realiza, principalmente, en botella (siempre en posición horizontal) y los vinos resultantes se caracterizan por una mayor suavidad y menor presencia de taninos.
Crianza Mixta
Es la crianza más extendida y se lleva a cabo combinando los dos sistemas anteriores. En primer lugar, el vino es sometido a una crianza oxidativa en madera y, posteriormente, a un largo periodo de crianza reductiva en botella. Es en esta última fase en la que el vino alcanzará su óptima maduración.
Clasificación de los vinos según su tiempo de crianza
El tiempo que permanece un vino, tanto en barrica como en botella, determina si es un vino crianza, reserva o gran reserva.
Estos tiempos están establecidos por la normativa nacional a la que deben ajustarse las distintas denominaciones de origen, como es el caso de la D.O. Somontano.
Vino Crianza
Se considera un vino tinto crianza aquel con un envejecimiento mínimo de 24 meses, 6 de ellos en barrica de roble. En el caso de vinos blancos y rosados, el tiempo de maduración total es de 18 meses, 6 de los cuales, al menos, deben cumplirse en barrica.
Vino Reserva
En vinos tintos, serán reserva aquellos con una crianza mínima de 36 meses, debiendo ser 12 de ellos en barrica de roble.
En blancos y rosados, la crianza en roble debe durar un mínimo de 6 meses y un total de 24 meses entre el periodo en barrica y la guarda en botella.
Vino Gran Reserva
Los vinos tintos catalogados como grandes reservas tienen un periodo de maduración de 60 meses, de los cuales 18 corresponden a la crianza en barrica de roble. Por otro lado, en blancos y rosados el periodo mínimo es de 48 meses, siendo 6 de ellos en madera.
En Bodega LAUS, cada nota de cata de nuestros vinos explica cómo se elaboran, detallando el tiempo y condiciones de crianza de todos ellos.
Nunca hay dos vendimias iguales y, por tanto, cada vinificación requiere ajustes y estabilizaciones, así como una adaptación constante a diferentes adversidades. En Bodega LAUS prestamos la máxima atención y cuidado posible a todos los detalles de cada añada. Puedes comprobarlo en nuestro post sobre la vendimia de 2017, una añada muy particular que dará lugar a grandes vinos.
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