Maridajes con tintos para el verano

LAUS Tinto Joven, un vino vegano que no pasa por barrica y se embotella directamente después de la fermentación alcohólica. Las características de este tinto es una intensidad olfativa media o alta y un aroma fresco, afrutado y/o láctico, a la vez que una equilibrada acidez y persistencia media o larga. Nuestro tinto joven está elaborado con las variedades merlot y syrah, y tiene muchos aromas propios de su juventud: frutas rojas, bayas silvestres y especias suaves. ¡Pura fruta! Además, se trata de un vino que se puede beber a una temperatura un poco más baja, por lo que es ideal para los días más calurosos de verano. Puedes enfriarlo previamente en la nevera o con una cubitera, para mantenerlo fresco en la mesa. Es el maridaje perfecto de una parrillada veraniega de verduritas variadas como espárragos trigueros, champiñones, berenjenas, cebolla y pimientos rojos. Aquí el vino aportará aromas frutales y dulzones acompañados de una fresca acidez que lo caracteriza, y hará que ese tiempo al aire libre sea muy sabroso.

Por otro lado, LAUS Crianza es un vino tinto vegano con un coupage de merlot y cabernet sauvignon, con una crianza de 8 meses en barricas mixtas. Sus aromas a vainilla, especias y fruta confitada desvelan su paso por madera, aunque es un vino en el que todavía puede percibirse la fruta: melocotón, ciruelas negras y cerezas confitadas. Así,  un maridaje veraniego perfecto que te proponemos es una ensalada fresca de tomate rosa de Barbastro maduro y pelado, con una vinagreta ligera a base de frutos secos, orégano y AOVE. Y en el top del plato, unas lascas de parmesano. Una combinación de sabores, texturas y aromas que sacarán lo mejor de nuestro vino. Aromas a fruta madura rodeados de toques de hierbas aromáticas y los tostados de la madera, que combinarán a su manera con cada uno de los ingredientes del plato.

Y, por último, LAUS Reserva es un vino tinto vegano monovarietal 100% cabernet sauvignon, con un paso por barrica de 13 meses En nariz es intenso, marcándose los aromas propios de la barrica de roble (madera tostada, humo, pastelería, especias y betún), muy integrados con la fruta madura (mermeladas de frambuesa). Por todo ello, es un vino que pide un atardecer desde la terraza de nuestra bodega, una buena copa y la mejor de la compañía. En definitiva, un vino contemplativo, que pide atención y tiempo para ser disfrutado. Así, una tabla de quesos curados en este entorno parece la mejor de las opciones de maridaje. Además, puedes añadirle unos trocitos de Comté DOP de 24 meses de maduración, Blue Stilton a cuchara y alguno de los quesos curados de cabra locales. Todos ellos serán un complemento perfecto para este reserva de aromas que recuerdan a los frutos secos, ciruelas negras y torrefactos.

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