La temperatura ideal para servir un vino

La temperatura a la que sirvamos cada vino determinará una gran diferencia en la forma en que percibimos sus sabores y aromas. Cada botella tiene una historia única que contar, y por eso merece ser disfrutada en todo su esplendor: por eso, hoy te contamos cómo averiguar la temperatura ideal para cada vino.

Y es que al descorchar una botella de vino, descubrimos el resultado de mucho trabajo: la vendimia, el trabajo en bodega, la crianza en barrica y, en general, todo lo que ocurre desde la recogida de la uva hasta que abrimos la botella. Por eso, resulta tan importante consumirlo a la temperatura adecuada, el modo de descubrir sus aromas, sus matices y, en definitiva, su personalidad.

En primer lugar, es necesario tener en cuenta que no hay una única temperatura ideal para servir todos los vinos. Esto dependerá de la variedad utilizada, de la forma de elaboración del vino, y del momento del año en el cual nos encontramos. Por eso, ¡vamos a descubrirlo!

Vinos blancos: ¡bien fresquitos!

Una temperatura baja, concretamente entre los 6ºC y los 8ºC, nos permitirá disfrutar de toda la frescura de los vinos blancos jóvenes como nuestro LAUS Chardonnay-Garnacha. Se trata de los vinos más aromáticos e intensos. Debes tener en cuenta que, a medida que el vino se va calentando en la copa, nos permitirá disfrutar de todos sus matices, haciéndolo muy divertido. Frutas blancas y flores irán desfilando en nuestra nariz, sugiriendo que el vino tiene que llevarse a la boca. La temperatura baja del vino hará que no tengamos tanta sensación de acidez, aunque suele ser uno de los elementos principales de estos vinos, dando lugar a un trago largo y ágil.

Vinos rosados, un punto intermedio

Los rosados suelen ser vinos frescos y ligeros con matices de frutas rojas y ácidas, siempre polifacéticos y alegres. Para poder apreciar todas sus características, es ideal servirlos a temperaturas de entre 6ºC y 8ºC, ya que se comportarán de forma similar a los blancos. Atención a la época del año en la que estemos, ya que, al servirlos en una terraza en verano, por ejemplo, es recomendable acompañar la botella de una funda de frío o de una cubitera, para mantener la temperatura ideal, ¡y para disfrutar los toques de golosina de nuestro LAUS Rosado!

 Tintos jóvenes, perfectos para el otoño

Si algo caracteriza a nuestro LAUS Tinto joven, es que tiene un color violeta muy bonito y está lleno de aromas a frutas rojas y negras. Nos encanta tomar este vino entre 10 y 14 ºC, tal vez un poco más fresco de lo habitual, ya que hace que el momento de llevarlo a la boca tenga un plus más refrescante. Los vinos jóvenes, como este que elaboramos en LAUS, expresan un gran carácter brioso y muy sabroso, y pide volver a beberlos. Si la temperatura es más elevada, notaremos menos la parte que deja la boca seca, y aparecerán de manera más importante los aromas de arándanos y moras.

Vinos tintos reserva, la máxima elegancia

Por otro lado, los aromas complejos de los vinos con una larga crianza en barrica se desarrollan a la perfección en temperaturas de entre 14ºC y 18ºC, lo que nos permitirá distinguir los matices especiados, de madera y frutos maduros que se combinan sofisticadamente con unos taninos más suavizados por el paso del tiempo. Son vinos que llevan un tiempo cerrados, y que nos van a pedir cierta espera al descorchar la botella, para abrirse y mostrarse en su máxima expresión. Tendremos también en cuenta la temperatura ambiente, ya que, si se calentara de manera muy rápida, se potenciaría la parte más alcohólica y no podríamos disfrutar tanto de este tipo de vinos, como nuestro LAUS Reserva.

Ahora que ya sabes la temperatura ideal para servir cada vino, te invitamos a experimentar y explorar cómo diferentes temperaturas pueden revelar nuevas dimensiones de sabor y aroma en cada sorbo. Así, podrás disfrutar de todo el potencial de los blancos, rosados y tintos, ¡cada uno a su manera! Y si quieres descubrirlos en su lugar de origen, ven a visitarnos y descubre LAUS. ¡Te esperamos!