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¿Vino tinto y pescado? ¡Sí! Aprende cómo maridarlos
Con la llegada del otoño, el cuerpo nos pide platos más calentitos durante las comidas. Hoy os traemos algunas propuestas deliciosas para disfrutar del maridaje de vinos tintos y pescado.
¿Te encanta el pescado, el marisco, pero no eres fan de los vinos blancos y no sabes cómo maridarlos con tu vino tinto preferido? Hoy te contamos algunos consejos sobre cómo maridar vino tinto con pescado. (Sí, has leído bien: ¡con vino tinto!). Porque más allá de que muchos puedan pensar que el vino blanco siempre va con el pescado y el tinto con la carne, existe un abanico muy amplio de posibilidades para disfrutar de un maridaje perfecto entre vino tinto y pescado. Aunque es cierto que el blanco es el eterno favorito para acompañar los productos del mar, también puedes descubrir una magnifica combinación con tus tintos preferidos. Solo tendrás que poner un poquito más de atención a las características de los platos y a lo que «te pide» el vino… Sigue leyendo y te contamos cómo sorprender a tus invitados y ¡a tu paladar!
El propósito de un maridaje de vino tinto y pescado es potenciar lo mejor de cada producto
En primer lugar, debemos saber que la comida que se consume acompañada de vino tendrá un efecto importante en la forma en que vamos a percibir el vino, y lo mismo ocurrirá a la inversa, el vino tendrá un efecto similar sobre la comida. Así, el propósito del maridaje de vino y comida es intentar, en la medida de lo posible, sacar lo mejor de ambos para que el disfrute sea mayor que si se disfrutasen por separado. Por este motivo, conocer algunos conceptos básicos en la armonización de vino y comida será necesario para que después puedas disfrutar de tu maridaje perfecto. Sin embargo, también habrá que tener en cuenta que cada persona tenemos distintas sensibilidades y preferencias en la mesa y debemos ser conscientes de que una misma propuesta puede causar diferente impresión según quien lo disfrute.
¿Sabías que cuando comemos o bebemos, nuestras papilas gustativas se adaptan a las características del producto que consumimos haciendo que se perciban en mayor o menor medida los niveles de dulzor, amargor o acidez? Así, resultará esencial que el sabor de nuestro vino y el pescado se realcen mutuamente y que el vino no enmascare el sabor de nuestro plato, sino que lo potencie. Por norma general, las comidas ligeras suelen combinar bien con vinos ligeros y las comidas más fuertes con vinos más complejos y con más cuerpo. Asimismo, hay dos componentes principales en la comida que pueden hacer que los vinos nos parezcan más duros realzando su amargor, acidez, sensación secante y disminuyendo su carácter frutal y su dulzor. Estos componentes los conocemos como el sabor dulce y el umami (el quinto sabor, lo encontramos en aquellos alimentos que tienen glutamato monosódico y se percibe como un sabor único y singular, que induce a la salivación y produce una sensación aterciopelada que nos llena la boca). En el extremo opuesto se encuentran la sal y la acidez, cuya presencia en los alimentos hace que los vinos sean más suaves, produciendo el efecto contario.
Elige el vino tinto en función del tipo de pescado: blanco, azul o semigraso
También es importante conocer las características del producto, ya que no todos los pescados son iguales. Según su composición, distinguimos tres grandes grupos de pescado: pescados blancos, azules y semigrasos. Los pescados blancos como el gallo, el bacalao, el rodaballo, la dorada o la lubina se caracterizan por ser pescados muy bajos en grasas, ya que su composición no supera el 2,5 %. Por este motivo, requieren tintos ligeros, aromáticos, suaves, y de corte afrutado como nuestro LAUS Tinto Barrica, o vinos elaborados con merlot o syrah, jóvenes y ligeros, con marcado carácter frutal como nuestro LAUS Tinto Joven. Este tipo de vinos también es el perfecto acompañante de los considerados semigrasos como la trucha, la merluza o el rape. Estos pescados, con un nivel intermedio de grasa (entre el 2,5 y el 6 %), requieren de una mayor intensidad, pero sin que llegue a enmascarar el sabor del plato al que acompaña. Por eso, creemos que un aliado perfecto sería un vino con cierto recorrido, con varios meses de crianza en barrica, elegante y con un paso en boca denso, pero sutil y equilibrado como nuestro LAUS Crianza. Sin embargo, esto varía dependiendo de la elaboración del plato. Pues si preparamos el pescado acompañado de salsas cremosas, reducciones o productos de sabor intenso como las setas, como un rape en salsa romesco o una lubina con setas trompetilla, boletus y hojaldre, podremos optar por un vino más estructurado y complejo como nuestro LAUS Reserva ¡un auténtico placer para los sentidos!
Los pescados azules, por su intensidad de sabores y grasa, admiten maridajes más amplios
Por último, para pescados azules como el atún, el salmón, la anchoa, el bonito o la sardina, pescados con más del 7 % de grasa y que en ocasiones puede incluso llegar a superar el 20 %, el abanico se abre a un sinfín de posibilidades. Cuanto más fuerte e intenso sea el sabor del pescado y mayor porcentaje de grasa reúna, más amplia será la propuesta de maridaje. Aquí podremos elegir, por tanto, desde tintos de carácter joven y frutal hasta vinos de largo recorrido e intensos, elaborados a partir de variedades más potentes como la merlot o la garnacha. Esto se debe a que el tanino de los tintos ayuda a arrastrar la sensación grasa, potenciando sus sabores yodados y salinos, haciendo que apreciemos mejor las singularidades del plato.
¿Y tú, qué vino LAUS escogerías para acompañar pescado? Desde Bodega LAUS, te animamos a que descorches tus vinos LAUS preferidos y descubras tú mismo qué vino va contigo y con tus preferencias culinarias. ¡Abre tu paladar a nuevas sensaciones y seguro que te sorprendes con el resultado! Recuerda que si quieres recibir nuestros vinos directamente desde la bodega, nuestra tienda online está abierta las 24 horas para acercarte los Aromas del Somontano a tu mesa.